1a.
Estación:
Jesús es condenado a muerte
Pilatos lo entregó para que fuera
crucificado, y ellos tomaron a Jesús.
(Jn 19, 16)
Veo
y oigo a una gran multitud
que a una sola voz, sin piedad de mí,
grita pidiendo mi crucifixión.
Les oigo gritar:
«¡Muera! Sea condenado!»
¡Qué gritos, los de la multitud!
Recibo la sentencia de muerte.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
Santo,
Como era en el principio, ahora y siempre. Amén.
2ª Estación:
Jesús recibe la cruz
Y Él, llevando la cruz a cuestas, salió para
el lugar llamado Calvario, que en
hebreo se dice Gólgota. (Jn 19, 17)
Es tal el peso que me siento
sumergida bajo la tierra.
No cargó sólo la cruz,
sino el mundo entero.
Pocos amigos...
Casi todos enemigos.
Gloria al Padre…
3ª Estación:
Jesús cae por primera vez
Busqué, pero no había nadie que me auxiliara.
Me asombré de no encontrar quien me apoyase.
(Is. 63, 5)
Cayó bajo el peso de la cruz.
Me parece que pierdo la vida.
Perderla para dar la vida a todos me da fuerza.
Empiezo a caminar.
Gloria al Padre…
4ª Estación:
Jesús encuentra a su Madre
Jesús ve a su Madre allí presente.
(Jn 19, 26)
Viene a mi encuentro la Madrecita.
Nos miramos intensamente.
Camino siempre. Ella también camina,
guiada por mi mirada
que la hirió y le atravesó el corazón y el alma.
No cargo solamente la cruz, también su dolor.
Gloria al Padre…
5ª Estación:
Jesús es ayudado por el Cireneo
Cuando lo llevaban, echaron mano de un cierto
Simón de Cirene y le cargaron con la cruz.
(Lc 23, 26)
A
cada paso me parece que voy a expirar.
Quiero que alguien lleve la cruz.
Hay quien continuará a llevarla,
pero no por amor, por imposición.
Todavía le dispenso tanto amor.
Me quitan la cruz,
pero siento como si llevase siempre su peso.
Gloria al Padre…
6ª Estación:
Jesús se encuentra a la Verónica
En verdad os digo, que cuanto hicisteis a uno
de estos más pequeñinos, a Mí me lo hicisteis.
Mt 25, 40)
Viene a mi encuentro una mujer
que tiene compasión de mi dolor.
¡Con qué delicadeza y amor
me limpia el rostro,
del sudor, de la sangre, del polvo!
¡Cómo
quisiera que se hablase
de este gesto heroico!
Mi rostro y el amor de mi corazón
quedan impresos en la tela.
Gloria al Padre…
7ª Estación:
Jesús cae por segunda vez
Él entregó su vida a la muerte y fue contado
entre los pecadores. (Is 53, 12)
A
mitad del camino, grave es la caída.
Los labios se me abren en sangre
y besan la tierra con la que me hiero.
Las
miradas de mi alma
se extienden sobre la humanidad.
Gloria al Padre…
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8ª Estación:
Jesús se encuentra con las santas mujeres
Hijas de Jerusalén no lloréis por mí ,llorad
más bien por vosotras y por vuestros hijos.
(Lc 23, 28)
Me
siguen algunas mujeres,
lloran amargamente.
Las
miro con compasión y les murmuro:
«No
lloréis por mí, sino por vosotras;
llorad por vuestras culpas: son la causa de mis dolores».
Gloria al Padre…
9ª Estación:
Jesús cae por tercera vez
Me reduces al polvo de la tierra, estoy
cercado por multitud de canes. (Sl
22, 16-17)
¡Es
el mundo, es el cielo contra mí!
Caigo. Una nueva furia de los verdugos
me arrastra con fuerza.
Aun
así, mi corazón sólo tiene
amor y compasión por ellos.
Gloria al Padre…
10ª Estación:
Jesús es despojado de sus vestiduras
Se repartieron entre sí sus vestidos, echando
a la suerte, para ver que se llevaba cada uno.
(Mc 15, 24)
Me
desvisten con una furia capaz
de arrancarme pedazos de carne:
¡qué dolores tan violentos!
¡Ser desvestido en público!
Son
muchas las carcajadas de burla.
Siento que la Madrecita
quiere cubrirme con su manto.
Gloria al Padre…
11ª Estación:
Jesús es crucificado
Fue crucificado con los malhechores, uno a su
derecha y el otro a su izquierda. (Lc
23,33)
Me
extienden sobre la cruz.
Ofrezco las manos y los pies
para ser crucificado:
Es
un abrazo eterno a la cruz,
a la obra de la redención.
Gloria al Padre…
12ª Estación:
Jesús muere en la cruz
Cuando Jesús tomó el vinagre, exclamó: «Todo
está consumado.» Después, inclinó la cabeza y entregó el
espíritu. (Jn 19, 30)
Se
oscurece sobre el Calvario.
-
Padre, perdónales, que no sabe lo que hacen.
- Padre, Padre mío, hasta tú me abandonas.
- Hijos míos, tengo sed de ustedes.
- Madre mía, acepta al mundo, es tuyo.
Es
hijo de mi sangre, es hijo de tu dolor.
-
Todo está consumado.
- Padre, te entrego mi espíritu:
es para ti mi último suspiro.
Gloria al Padre…
13ª Estación:
Jesús es puesto en el regazo de su Madre
Y José de Arimatea tomó el cuerpo y lo
envolvió en un lienzo limpio. (Mt
27,59)
¡La
Madre, con Jesús muerto en sus brazos!
Fue el amor lo que llevó a Jesús a dar la vida.
La
Madrecita continúa la misma misión de amor:
Amarnos como Jesús.
Gloria al Padre…
14ª Estación:
Jesús en el sepulcro
José lo depositó en un sepulcro tallado en la
roca, donde nadie había sido puesto todavía.
(Lc 23,53)
El
amor, unido a la gracia y a la vida divina,
triunfó sobre el dolor y sobre la
muerte.
Gloria al Padre… |