L’amor che muove il sole
e l’altre stelle
EL AMOR QUE MUEVE AL SOL Y A LAS OTRAS ESTRELLAS
Eugenia Signorile
es una de esas maravillosas personas que ha buceado en el fondo de la vida y de
los escritos de la Beata Alejandrina; ella quedó prendada en una fascinación que
intenta explicar en todos los libros que ha escrito sobre ella.
El último de sus
libros, que ha salido hace pocos días, tiene un título originalísimo: “L’Amor
che muove il sole e l’altre Stelle”, “El amor que mueve al Sol y a las otras
estrellas”. La frase está en el último verso de la Divina Comedia, de Dante.
Vale la pena transcribir los versos precedentes:
A l'alta
fantasia qui mancò possa;
ma già volgeva il mio disio e 'l velle,
sì come rota ch'igualmente è mossa,
l'amor che
move il sole e l'altre stelle.
Capa de “L’Amor che
muove il sole e l’altre stelle”;
la ilustración es de Brenda Hunter
Una vez escribió la
autora que tenía obsesión del amor. Ciertamente, fue con este tema juanino que
quiso llenar las páginas del libro. el amor está en los títulos de sus cuatro
partes: I – Como Jesús ama; II – Como Alejandrina ama; III – El amor mutuo entre
Jesús y Alejandrina; y el IV – Como la Madre ama.
El título
primitivo era “Los protagonistas del amor”. Esos eran naturalmente los que se
encontraban en estos títulos.
El livro encierra
una cierta visión de Alejandrina, contada al Padre Pinho en la carta del 10 de
septiembre de 1940:
“El domingo pasado
(día ocho), día del aniversario de la querida Madrecita (es la razón
de este éxtasis en domingo, tal vez único), se gravó un cuadro en mi alma
que aún no desapareció. (…)
Ella, desde lo alto
del cielo contemplaba a la tierra, con sus ojos puestos en la pobre humanidad.
Su corazón
santísimo estaba con un dolor casi mortal. Con la cabeza inclinada hacia la
tierra no quitaba su santísima mirada, mirada llena de ternura y compasión.
Pero, ¡Qué dolor
tan doloroso, qué Corazón tan lastimado! ¡Ay, cuanto sufre la querida Madrecita!
Ya hoy es martes, y
sin embargo, esta escena no desapareció: parece estar grabada en mí para siempre.
Uma das ilustrações
de Elisabeta Alberti
Hace una hora que
la sentí de nuevo inclinada hacia la tierra, sin dejar de levantar sus ojos, de
ellos salían fuentes de lágrimas, lágrimas de profundo dolor que bañaban la
tierra”.
Y Eugenia Signorile
concluye:
“¿Quedará esta
escena impresa en nuestro corazón?
¡Sí! Quedará en el
corazón de muchos que, envueltos en la llama de estos modelos, serán llevados a
empeñarse con ímpetu generoso en la construcción de un mundo de justicia y de
paz en la cual finalmente
¡el Corazón
Imaculado triunfará!
(Fátima, 13 de julio de 1917)
En la contracapa,
viene uno de esos elogios extraordinarios que Jesús frecuentemente dirige a la
Beata Alejandrina y que la colocan entre los más altos nombres de la santidad:
“Quiero que todo lo
que es Mío se transparente en ti:
quiero que tus
miradas tengan la pureza de mis miradas;
quiero que tus
labios tengan la sonrisa, la dulzura de mis labios;
quiero que tu
corazón tenga la ternura, la caridad y el amor de mi corazón;
En suma:
quiero que me
imites en todo, te quiero semejante a Mí”.
La autoría del
libro es atribuida a la Beata Alejandrina y contiene varias ilustraciones
originales (dos de Brenda Hunter y las restantes de Elisabeta Alberti) y es una
edición de Mimep-Docete.
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